No lo tenían fácil los de Detroit: “Relatives In Descent”, su anterior largo de 2017, se aupó a los primeros puestos de las listas de lo mejor del año con una imbatible combinación de complejidad oscura, energía cruda, inteligencia iconoclasta y sensibilidad. Puede que esa sea la razón de que ni “Consolation EP”, su epílogo, ni este, su quinto trabajo largo, noqueen inicialmente de la misma manera. Y sin embargo, las virtudes de tan singular grupo siguen intactas.
Protomartyr es de esas bandas que pone las cartas arriba en todo momento: tienen su sonido, y van a morir con él. Es como si a Slint les hubiéramos pedido que hicieran un disco para pasar el rato. Joe Casey, vocalista y artífice de la estupenda imaginería gráfica del cuarteto, se atreve a cantar algo más, pero la banda no recula ni un paso. El vídeo de “Processed By The Boys” yuxtapone una serie de situaciones ridículas ocurridas en un plató (basadas en un grotesco episodio sucedido en la televisión brasileña) con la densidad siniestra sonora y la letra apocalíptica de Casey. Los resultados son demoledores. Desde la portada del álbum, una anónima mula –el animal de carga por excelencia– y el título, un humor negrísimo parece ser el único filtro válido para interpretar el desastre cotidiano.
Así lo hacen ellos, combinando sus texturas abrasivas habituales con surrealistas fondos de free jazz –guiño al espíritu vanguardista de The Pop Group–, para añadir nuevas gemas a su repertorio, con renovadas inquietudes rítmicas: el mencionado single, “I Am You Know” con su urgencia punk y su bajo, la triste “The Tourist”, o “Michigan Hammers”, repleta de energía primaria. Un disco a la yugular, que se permite terminar con “Worm In Heaven”, en la que Casey muestra su insospechado potencial de crooner de la desolación que ve una rendija de luz.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.