Después de dos discos auspiciados por Hardly Art, la filial de SubPop, Protomartyr dan un paso adelante en su carrera firmando con Domino Records, otro sello independiente pero con un catálogo mucho más potente, con artistas y bandas del calibre de Arctic Monkeys, Animal Collective, Stephen Malkmus y Sebadoh.
El nuevo trabajo de la banda gestada en el 2010 tras la tras la ampliación del dúo Butt Babies que formaban el guitarrista Greg Ahee y el batería Alex Leonard es el presente “Relatives in Descent”, su cuarto largo en apenas siete años, y presenta un sonido bastante más limpio y compacto de lo que tenían acostumbrado a sus seguidores.
El redoble omnipresente de “A Private Understanding”, cinco minutos suigéneris con una progresión ascendente que estalla y se acelera sorpresivamente, destapa este nuevo largo con 12 cortes tan misteriosos como la figura de su cantante, Joey Casell, siempre escondido detrás de sus gafas de sol. La voz cavernosa de Casell, que puede recordar a Ian Curtis de Joy Division, nos lleva de la mano por terrenos nebulosos e inquietantes como los de “Here is The Thing”, “The Chuckler” –necesito que alguien me explique esa descarga de surf rock embrutecido y esos arreglos de cuerda de la parte final– y mi favorita “Windsor Hum”, un corte inspirado por un extraño y (dicen) paranormal zumbido que parece tener su origen en una isla al sur de su Detroit natal. Precisamente el temor a los desconocido, la búsqueda de la verdad y el espíritu crítico conforman el mensaje de “Relatives in Descent”.
Esta banda al alza, conocidos por su poética revisión del post-punk ochentero, también clava piezas directas como “Caitriona”, despachada en dos minutos de puro indie rock, y “Don’t Go To Anacita”, un corte con ecos a The Clash en cuanto atacan el estribillo. Sin duda, un disco muy completo y razonablemente ambicioso.
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