Completamente desnuda y desubicada cierra Princess Nokia el videoclip de “Balenciaga”, tras haberse despojado en mitad de la ciudad de Nueva York de todas las capas que no le dejaban ser libre. Esto, podría ser perfectamente un poco una metáfora de lo que supone para ella su nueva era como artista. El lanzamiento de dos largos que se enfrentan de forma natural, con identidades completamente dispares, que muestran el lado más vulnerable de Destiny y que, a su vez, surgen de la misma persona.
Si hay algo que compartan los dos álbumes es la necesidad de Nokia de acudir a su faceta más infantil y primaria. En “Everything Is Beautiful” la estrella viaja a su niñez, a los recuerdos familiares, luciendo su cara más sensible y crédula. Se abre al público y, de nuevo, se apoya en la excusa de ser una incomprendida, un “bicho raro”, y su dificultad para encajar en la sociedad. Y es esta exclusión precisamente la que le lleva a la postura adoptada en “Everything Sucks” donde se convierte en una niña mimada, caprichosa y calculadora. Explota su cara más visceral, una tremenda inmadurez, hasta cerrar con esa reflexión que supone “Just A Kid” donde explica los tremendos traumas que sufrió cuando era una niña y cómo le marcó la muerte de su madre por VIH cuando solo tenía diez años (“When I was a child, I was barely loved. Mommy passed away and my daddy was on drugs. Granny took me in with her five kids and up until eight, that's where I always live”).
Cada uno de los dos lanzamientos posee una naturaleza independiente y contradictoria. Pero, en parte, esto es lo que los hace interesantes. El año pasado Princess Nokia explicaba que su nuevo álbum (al final han sido dos) estaba inspirado en las grandes mujeres artistas que le habían hecho creer en la música. Citaba a Lauryn Hill, Hurricane G o Tracy Chapman; y decía que con este nuevo proyecto buscaba hacer reflexionar, y ayudar, a las nuevas generaciones. Ser un ejemplo para todas esas adolescentes que se encuentran perdidas en una sociedad exigente y consumista. Entendemos, por supuesto, que hablaba de “Everything Is Beautiful” por la implicación de la artista en este disco, su dirección optimista y el poder femenino que exhala. Un álbum mucho más cuidado que su hermano de lanzamiento, que indaga en el hip-hop noventero, se apoya en el góspel y en el jazz. Entre los créditos de “Everything Is Beautiful” nos encontramos con figuras como 1-900 que hace que la producción de este disco sea un poco más compleja que la que nos encontramos en “Everything Sucks”. Lo mejor, una “Sunday Best” junto a Onyx Collective, grupo de jazz experimental, con referencias hispanas que conecta con esa parte del disco que se grabó en Puerto Rico. Y por otro lado, ese pegadizo “Green Eggs & Ham” de corte Motown que cumple a la perfección su función de single.
En la otra cara de la moneda, sin embargo, está “Everything Sucks”, un álbum frío, rudo y pobre en muchos aspectos. Aunque, con un innegable cierto atractivo pese a todas sus carencias. Este disco fue grabado en Nueva York en tan solo una semana como reflejo, en cierto modo, de esa ansiedad de la gran ciudad, velocidad y caos. Siendo esto, a su vez, lo que no le deja brillar a nivel técnico al arrastrar todas las consecuencias negativas de una grabación fugaz y despreocupada. Chris Lane es el productor principal del proyecto y el culpable, en parte, de un resultado final bastante mediocre que no ayuda a algunas de las peores letras de la carrera de Nokia. Como, por ejemplo, esa ridícula obsesión por el personaje de Harley Queen con la que abre el disco ahora que está tan de moda. Si tenemos que quedarnos con algo sería con una puntiaguda “Practice”, con Tony Seltzer, en la producción que critica la industria, quema y da placer a la vez (“Industry bitches who wanna be different. You still selling pop, who the fuck is you kidding?) Y, por supuesto, esa “Balenciaga” con la que abríamos la crítica y que Nokia ha sabido convertir en un hit promocional fantástico desde que vio la luz.
No es fácil aplaudir el último salto en la carrera de Nokia. Creemos que dos álbumes son demasiados para cubrir una misma temática a pesar de las diferentes personalidades que adoptan. Puede que la artista no supiera cómo integrarlas en uno solo, o quizás, lo que quería era asegurarse de una vez por todas de que, como mínimo, tuvieran una cierta repercusión en el mercado y su trayectoria. Recordemos que los últimos lanzamientos desde el estupendo “1992 Deluxe” no solo no fueron aplaudidos por la crítica, sino que prácticamente nadie recuerda su existencia.
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