No sorprende que la persona principal detrás de Sam Kills Two sea un artista sueco, Fred Bjorkvall, afincado en Londres desde hace años. Él pone la voz y parte de la instrumentación en un proyecto que afianza el tópico del país nórdico como cantera de buena música. A los nombres de José González o Peter Von Poehl, entre muchos otros, se puede unir ahora el de Fred Bjorkvall en la forma de Sam Kills Two, con un pop casi acústico a medio camino de los dos artistas citados. La voz de Bjorkvall se funde bien con una música cuyo toque de distinción viene en los matices y las inflexiones sutiles de voz y tono. La canción de apertura, “Man Of The World”, u otras como “Bright Eyes” o “Two Degrees”, tan pegadizas como fácil parece su desarrollo, presentan su cara más accesible, pero es en temas como “No Bad No Good” donde Sam Kills Two demuestra toda su capacidad, la de dotar de peso y autenticidad a lo que canta con la mayor sencillez. Es verdad que “Pretty Ugly”, su segundo álbum, no presenta en todo momento este equilibrio (cae en algunos lugares comunes y peca en ocasiones de cierta solemnidad), pero va en buen camino.
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