Que a estas alturas Chrissie Hynde pueda sorprendernos con un disco de Pretenders no deja de tener su mérito. La cosa pierde algo de valor cuando descubres que de su producción de ha encargado Dan Auerbach, aunque no seré yo quien lo critique dado lo acertado del resultado. Cierto es que a veces se le va algo la mano al Black Keys llevándose a Hynde a su terreno pero en pocas pasa de la raya. Y Chrissie ha sido lista. Muy lista. Subiéndose al carro de dejar que productores jóvenes y reputados se encarguen de repuntar una carrera con visos a estancarse e incluso cierta tendencia a la desaparición. Ya saben, como Rick Rubin con Johnny Cash, Jack White con Loretta Lynn, Ethan Jones con Tom Jones o T Bone Burnett con Roy Orbison.
“Alone”, la canción, es pura energía rock neoyorquina con una cantante espléndida, mientras “Roadie man” recuerda a los MGs de Booker T con un buen cambio de registro vocal, en “The man you are” juegan a ponerse en la piel de Lou Reed y su “Walk on the wild side”, y hasta miran hacia el glam-punk en “Gotta Wait”. Quizá esa variedad es lo único que desconcierta algo al oyente, especialmente en alguna balada que peca en exceso de sensiblería y aleja la calificación de excelente, aunque eso no enturbia que este sea el mejor disco de Pretenders en mucho tiempo.
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