Aunque no tengo nada contra los discos deproducción cuidada, da gusto que, de vez en cuando, uno recuerde que lo importante, lo fundamental, suele estar en la esencia de los grupos, en su embrión más primigenio, en las bandas de jovencitos que todos hemos querido tener y no en las florituras. Si hace unos meses uno se sorprendía con la energía púber de Titus Andronicus; ahora, no puedo desengancharme de Japandroids, un dúo de Vancouver que devuelve de un puntapié a The Thermals o Times New Viking al cuarto trasero, aunque de vez en cuando se les vaya pelín la mano con un sonido algo hard rockero. Sus canciones suenan crudas, directas y grabadas a la brava, vibrantes y sobre todo emocionantes. Escuchándolas uno mira atrás y se empeña en revivir aquellos tiempos en los que Chapell Hill parecía el centro del universo, “Slack Motherfucker” de Superchunk pasaba por la mayor joya de la creación humana, y Archers Of Loaf crujían como si le fuera la vida en cada riff. Cuando no importaba nada más que disfrutar escuchando una guitarra, un ritmo y una voz (obviemos el bajo, Japandroids no lo usan) y dejando los problemas en la cuneta. Y no confundan estas líneas con un ejercicio de nostalgia, para nada, sobre todo porque Japandroids suenan a aquí y ahora. Por lo menos a un aquí y ahora para brincar desbocados.
recently released their anipaticted sophomore album, Celebration Rock. The video’s director Jim Larson traveled with the band on their last tour, filming at sold out