Tras la adrenalina y los nervios de su disco debut, dani regresa al juego con un segundo álbum de consolidación haciendo un auténtico ejercicio de sinceridad, madurez y autoconocimiento. El paso del tiempo siempre ha sido una de sus principales preocupaciones y, como ella misma dice, si quieres seguir vivo en el mercado lo único que puedes hacer es trabajar duro, ser constante, rápida y no dormirte por el camino.
“posdata” pule de esta forma la identidad construida en su predecesor y hace que dani pase la página de promesa de su generación para afianzar aún más su esencia. Evidentemente, sigue respirando y viviendo a base del pop, pero en esta ocasión comienza a perfilar su sonido y a hacerlo todo más personal, propio.
dani dice adiós a muchas cosas con este nuevo largo, ya no es tan naíf ni tan frágil como teníamos en mente. Este segundo largo surge con fuerza de la mano de la despedida a su novio de toda la vida para, a través de la música, volver a encontrarse de nuevo con ella misma. Un proceso de crecimiento que le pega un portazo a la dani del pasado para aprender a confiar mucho más en ella, a cuidarse y a darse cuenta de que quererse a uno mismo está por encima de cualquier otra cosa. Un salto en seguridad que también le ha ayudado a la hora de desarrollarse de forma creativa, ya que por primera vez ha abierto su universo a nuevos compañeros y se ha introducido en el estudio para construir canciones más allá de aquellos temas a modo de diario que nacían entre las cuatro paredes de su habitación.
Ya no hay vergüenza creativa, ahora está dispuesta a jugar al cien por cien y eso se nota. El synth-pop que tanto representa el sonido de Dani ha comenzado a enriquecerse de muchos más matices que van más allá de la vena surf de “Veinte” (El Volcán Música, 20). También sentimos que su pasión por los sonidos setenteros y explorar su punto más funk sigue en pleno crecimiento y que está logrando que cada vez más lo sintamos más suyo. Aaron Rux regresa para seguir siendo su productor de cabecera en este decisivo salto que siempre supone un segundo álbum. Se entienden a la perfección y gracias a este pack vemos a dani experimentar sin miedo desarrollando una vena más oscura y clubbing en “Una vez nunca más” o saltar de la bossa nova al drum and bass sin paracaídas en un tema de cierre de disco fantástico. Junto a ellos dos, habría que destacar también el trabajo de InnerCut llenando “Códigos” de diferentes atmósferas que se entrelazan entre sí hasta abrazarse.
“posdata” es, sin lugar a duda, un álbum para fluir, con unas melodías muy luminosas y unas letras no tanto. Y es que nada más empezar el disco ya te suelta sin filtro eso de “estoy rota” o “estoy sola” en “Ceras rosas”, disfrazando todo eso sí de una energía happy que en realidad lo que hace es remarcar la dureza del mensaje. Aunque bueno, la propia dani ya explicó que ha intentado ser lo más optimista posible en esta entrega pese a la bola de vivencias sufridas de las que necesitaba liberarse. Y es que, en realidad, “posdata” no es más que un conjunto de cartas destinadas a todos aquellos a los que en el pasado no les pudo decir lo que verdaderamente sentía en su momento. Cartas que ahora nacen desde una dani con una visión mucho más adulta y con las cosas más claras que nunca. Cartas de amor, desamor, de entender que la vida cambia y asumir que evolucionamos con ella.
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