Lo malo de hacer un buen disco es que todo lo que se haga después debe ser para superarlo, o al menos igualarlo. Y eso es lo que se esperaba de Aaron Maine, aka Porches, que con su nuevo trabajo ha puesto rápidamente en marcha las comparaciones con aquel Pool (Domino / Music As Usual, 2016) en el que abandonó definitivamente las guitarras para pasarse a un pop electrónico, ensoñador y ochentero, donde bajos y sintetizadores eran protagonistas. Un disco con el que rápidamente recibió el beneplácito de crítica y público. The House, su tercer álbum, sigue por los mismos derroteros sónicos, mientras que la ruptura con su pareja sentimental Greta Klein (Frankie Cosmos) pone la nota melancólica y nostálgica (sí, más todavía) a muchas de estas nuevas canciones. Y aunque él ya se haya encargado de recalcar que este no es un disco sobre su separación, esa vivencia parece estar muy presente.
The House funciona como una montaña rusa musical: ahora arriba de subidón, con temas tan bailables como Find Me o Anymore, ahora abajo de bajón con otros tan intimistas como By My Side o Wobble. Quizás por ello Maine eligió como singles Country y Find Me, dos canciones totalmente opuestas que representan a la perfección las dos vertientes musicales del disco. Country es, según sus propias palabras, un “anti-single”, una canción donde colabora Dev Hynes (Blood Orange), y donde el piano y las voces de ambos facturan un tema tan breve como intenso.
En esta canción también deja patente en la letra su obsesión por el agua, tema recurrente en las composiciones del neoyorquino, solo hay que recordar su EP Water, su laureado Pool, o prestar atención a los títulos y letras de muchas de sus canciones. Los más críticos con Maine le recriminan el uso, o abuso, del famoso Autotune, ese software con el que muchos cantantes enmascaran sus deficiencias vocales, muy presente en casi todo el disco y protagonista en temas como Swimmer, una canción de menos de un minuto donde de nuevo Maine sueña con zambullirse en el agua. Uno de los grandes temas del disco es ese Goodbye que empieza también con piano y la voz de Maine para ir subiendo de tono a medida que va incorporando sintetizadores. Podría ser un buen cierre para el disco, pero Maine ha elegido para ello Anything U Want: “Anything you want, anything you need, anything at all, I love you”, canta poniendo punto final a este The House que quizás no supere a Pool, pero que también tiene sus grandes momentos (y, además, las comparaciones son odiosas).
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