n función de su edad, cada cual tendrá sus propios recuerdos relacionados con la música de Dom Mariani. A mediados de los ochenta, el nombre de los Stems se mencionaba con orgullo de connoisseur en la escena garagera (lo mejor venía siempre de Australia y Suecia, lo sabía todo el mundo).
Meses más tarde, el powerpop cumplió los veinticinco con los Someloves: hubo poca pirotecnia, pero la que hubo se hizo querer. Y quienes conocieron a Mariani ya con DM3, gracias a la explosión irresistible (irresistible es aquello a lo que no hay forma humana de resistirse) de “1 Time 2 Times Devastated”, se quedaron boquiabiertos sin remedio. Vale que Mitch Easter se hizo algo pesado. Vale que con “Road To Rome” y “Rippled Soul” se acababa pidiendo la hora y un recopilatorio en condiciones. Pero Dom Mariani estaba por encima de eso. Se podía permitir divertimentos surf, incluso reunir a los Stems, y nadie elevaba el tono porque el nivel era bastante aceptable y Dom seguía siendo una figura pop, casi tan hermosa como las portadas de los discos de los Stems, libre de pretensiones y solemnidades. De modo que este recopilatorio es sencillo, pop, a ratos estruendoso, a ratos inmaduro, terrenal, positivo, pop de nuevo, convincente, vivo y cordial; y no se va a poner de moda. Así es también el propio Dom Mariani. Once veces bueno.
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