El cuarto trabajo de los valencianos Polock no deja de ser un disco clásico, en el que sobresalen guitarras crudas, riffs pegajosos y líneas contundentes (solo hace falta escuchar los primeros segundos de canciones como “Devil echoes” o “Venecia” para darse cuenta). Pero al mismo tiempo conserva las melodías pop que tanto caracterizan al quinteto, ahora reconvertido en trío. Esto se traduce en un sonido fresco, moderno, donde lo vintage o “viejuno” campa a sus anchas en composiciones como “Oh I love you”, quizás uno de los mejores ejemplos de lo que hablamos. En “Magnetic Overload” hay más fuzz, más distorsiones, muestra de ello es “Best friend”, con cambios de ritmos y atmósferas casi alquímicas, como la portada del propio disco – que, por cierto, representa los principales pecados tal y como eran plasmados en la Edad Media.
El tema que da nombre al álbum recuerda a las exquisitas baladas de “AM”, de Arctic Monkeys. No es de extrañar, no solo porque seguramente ambas formaciones hayan pasado el mismo tiempo escuchando las guitarras que Black Sabbath (sí, también hay algo de los de Ozzy en “Magnetic Overload”), si no porque Polock ha contado con Brian Lucey, que ya trabajó con Alex Turner and company, para masterizar “Magnetic Overload”.
Polock vuelve a repetir con Fernando Boix, que ya se encargó de la grabación de “Rising Up”, y factura un disco lleno de hits que respira aires internacionales. Esos que ya se han encargado de conquistar en los diez años que han pasado desde que autoeditaron aquel "Polock EP". Todo apunta a que seguirán explotando su buena acogida fuera de nuestras fronteras. Ahora más si cabe, con su reciente incorporación al catálogo de Sony Music.
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