Supervivientes de una de las eras más infames para la significación histórica del rock, el cambio de siglo. A la par que contemporáneos como Limp Bizkit, Kid Rock o Korn, el conjunto de San Diego gustaba por el mejunje de rock, hip hop, hardcore y hasta elementos de jazz y reggae para dar con una fusión que tuvo sus cuarenta y cinco minutos de gloria. Con presencia más o menos constante desde entonces, apoyados en su mensaje cristiano y un apoyo perdurable en su país de origen, firman su noveno álbum de estudio.
Se trata de una especie de, uhm, disco conceptual que trata de las secuelas que deja en el joven protagonista una dura tragedia personal. Diez temas marca de la casa, metal competente y capaz, aderezados con pequeños diálogos y efectos especiales que tratan de dar continuidad a la historia. La presencia de Maria Brink (In This Moment) en “Criminal Conversations” y Lou Koller (Sick Of It All) en “Revolución” descollan entre lo mejor del disco, junto a la inicial “Am I Awake”.
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