La fama le explotó en la cara a PinkPantheress demasiado pronto y a una velocidad incontrolable. Aquel “Boy’s a liar Pt. 2” junto a Ice Spice fue imparable y se comió el mundo entrando a liderar todas las listas que se te puedan pasar por la cabeza. Aun así, la artista ya había generado previamente sus propios movimientos y construido un gran hype con aquella “to hell with it”, su primera mixtape que lanzó en 2021, con la que logró generar una fan base muy fiel que confiaba plenamente en ella como creadora más allá de las cifras. Por ello, después de todo este tornado emocional y profesional tocaba sentarse a tomar decisiones de mayor peso, seleccionar los pasos a seguir que han acabado dando vida al poderoso “Heaven Knows”, su primer LP.
La música de PinkPantheress está llena de sensibilidad, pesimismo y todos los miedos de una generación que se reflejan en su oscuro universo creativo. La propia artista frenó varias veces el lanzamiento de este disco hasta que estuvo segura de que tenía entre manos lo que quería entregar para acabar con ese pesado título de estrella de TikTok que tanto la estaba ahogando. Así “Heaven Knows” sobrevive siendo un disco de dolor, avance, angustia y desconcierto. Un proyecto con la idea de la muerte todo el rato en la cabeza que, pese a su esencia upbeat, en realidad se abre dando paso a un mar de lágrimas que contamina incluso a sus invitados de lujo. Aun así, no es un disco victimista para nada, es más una exhibición de transparencia emocional de una artista que se ha sentido engullida por el tiempo cuando su interés creativo va mucho más allá. de lo que se le reconoce.
Una historia que en ocasiones disfraza de desamor sin terminar de definir el emisor que genera tanto dolor. Y otras, se autoanaliza para entender qué futuro le espera y buscar en su presente todas esas respuestas, que nunca llegan, a preguntas que se hacen eternas. Como símbolo de todo esto aparece “Ophelia” en el disco (todos conocemos ya la historia de este mítico personaje) en un tema más orgánico que de costumbre, con el agua como símbolo de limpieza para alcanzar la paz, que esta ocasión desplaza además a un segundo plano y oculta el drum ‘n’ bass junto a un precioso apollo de cuerdas. De esta forma, da valor a una intimidad que hace grande “Heaven Knows” y que se repite en numerosas ocasiones o se potencia con la visita de Kelela en “Bury Me” donde juega sus habituales cartas de una forma cruda y certera.
El disco de presentación de PinkPantheress está lleno de matices para sobre analizar sin cortarte. Ha sabido definir su sonido al 100% de una forma preciosista, pero a la vez ha explorado líneas de crecimiento que surgen desde la apertura del álbum con la fantástica “Another Life”. Un tema que se alimenta de jungle beats y que nace con un órgano inicial que descoloca y seduce desde la primera escucha. Tema donde además salta a lo grande metiendo guitarras y desviando el punto de interés en los sintes como todo el mundo estaba esperando que sucediera. Una sensación de búsqueda que vuelve a ocurrir cuando cuando PinkPantheress se aproxima al rnb más noventero en “Feel complete” alcanzando la forma más cálida de narrar toda esa frustración que la fama le ha generado y que comentábamos desde el principio (“Money came today, and so you'll get what you want I wish that it would end when it stopped bein' fun "He's not feeling well", that's what I tell everyone”).
Para lograr ese sonido que ya es propio y familiar que nombrábamos, PinkPantheress ha tirado principalmente de dos grandes colaboraciones. Por un lado, Greg Kurstin (Adele, Kendrick Lamar, Sia y por el otro el eterno rey de lo “moderno” Mura Masa. Hay una clarísima intención por parte de la artista de humanizar cada pieza de este proyecto, de llenar los beats de una energía fuerte y reparadora con elementos que construyan una electrónica mucho más plástica y orgánica. De ahí que no paren de sonar referencias a lluvia, sonidos de pájaros, aplausos humanos, sonidos caseros, mandos de coche… Y todo esto empujado con personalidades de lujo donde lo más bonito es ver cómo ellos se adaptan al universo de la propia PinkPantheress más allá de su propia identidad. Cómo, por ejemplo, Central Cee construye unas barras mucho más serias, y casi pidiendo perdón, que se alejan de la agresividad y la potencia a la que nos tiene acostumbrados.
PinkPantheress firma así un debut obsesivo, patológico y perfeccionista. Un proyecto lleno de una ansiedad, suavizada por su dulce voz, que expone la sensación de sentirse todo el tiempo maltratada por el mundo. Sin embargo, a su vez, es un disco lleno de verdad y autenticidad. Una historia real, crítica con la propia artista portagonista y aspiracional si hablamos desde el punto de vista profesional. Un álbum joven, pero a la vez con una madurez creativa aplastante. Una puerta hacia la consolidación abierta por una de las artistas con mayor proyección de UK en los últimos años. Un mensaje de que no todo es pintar un tema con tintes ‘dosmileros’ para entrar en el mercado. Lo más importante es plantar esa raíz sobre la que todo crecerá y tendrá sentido dentro de un par de años más.
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