Gyer Ro

Phurpa es un colectivo ruso que hace música ritual de Bon, la tradición budista más antigua de Tibet. Para ello utilizan instrumentos como el dungkar (enorme caracola que se sopla), el dungchen (trompetas metálicas tibetanas de tres metros), los silnuyen (platillos planos), el nga (tambor de doble cara), el damaru (¡tambor hecho de cráneos humanos!) y una técnica tantra de canto. Según cuentan ese canto se basa en el principio de la transmogrificación (cambio de forma) del practicante durante la meditación. Son cantos guturales bastante planos, sin subidas ni bajadas y en tonos muy graves, que tienen un razonable parecido a los didgeridoos australianos o al “throat singing” de Tuva y Mongolia.

Para que se hagan una idea, quizás resulte fácil de imaginar si pudiéramos extraer solo la parte vocal de alguna banda de death metal y la ralentizamos al máximo. O si tenemos como referencia a los más conocidos Gyuto Monks Of Tibet, diríamos que son bastante menos musicales y muchísimo más oscuros.

El que Sunn O))), representantes del drone metal, les eligieran para que abrieran algunos de sus conciertos, o que actuaran en el Brutal Assault el festival de metal extremo de la Republica Checa, o en este próximo Primavera Sound, les ha puesto de actualidad, pero llevan desde el 2003 en ello.

El compositor Alexei Tegin está secundado por Dmitry Globa, Eduard Utukin, Anastasia Tomskaya y Pavel Selchukov, que continúan estudiando antiguos rituales tibetanos y ceremonias de la tradición Bon, tanto teóricas como practicas.

En este último doble trabajo incluyen cuatro temas. Cada uno contiene un largo mantra a varias voces que ocasionalmente cede el protagonismo a los instrumentos de viento más agudos o a las percusiones metálicas, que sirven como intervalo, creando un ambiente minimalista, repetitivo, hipnótico que puede inducir a la meditación o al trance. Pero tengan cuidado, porque escuchar la hora y dieciocho minutos de su primer disco, completa y con auriculares, puede dejar muy tocado. Esperemos que para bien.