Es una suerte que tengamos por aquí a una banda como Juanita y los Feos. Y aun es más de celebrar que tras siete años de carrera por fin hayan conseguido sacar la cabecita del underground con un disco como “Pesadilla adulta”, su trabajo más accesible. Me explico. Hacía falta que alguien se atreviera en este país a prestigiar la nueva ola más saltarina y marciana, esa que va de Devo a The B-52’s, pasando por nuestros Pegamoides, y que también se atreve a guiñar el ojo a cosas más actuales como Lost Sounds del llorado Jay Reatard y toda la escudería Dirtnap con Epoxies a la cabeza. Tirando de tópico, es verdad que los madrileños no inventan nada, pero su ejercicio de estilo es tan brillante y afinado que se acaban convirtiendo en favoritos. La culpa la tienen los catorce hitazos que forman el disco, llenos de estribillos coreables a la primera escucha y de proclamas a repetir a grito pelao saltando como un poseso encima de la cama. Canciones como “Autolesionarse”, “Lunes otra vez”, “La bomba del Islam” y “Triste pero cierto”, entre otras, son desde ya clásicos impepinables del punk pop estatal.
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