Pensando Mucho y Mal

Si algo vienen demostrándonos las nuevas generaciones que ahora protagonizan nuestra escena pop es que con honestidad, desgarro, verdad y sentimiento de por medio, cualquier vaga etiqueta se desvanece y todo lo que antes eran necias categorías y encasillamientos varios, carecen ya de total sentido gracias a ese mágico toque con el que éstas aúnan en una misma marmita sabores del todo dispares. Así es como Lucía Juan Casamayor nos ha ido entregando, pasito a pasito, las pistas que nos llevarían hasta su debut formal como Lusillón, un cancionero bonito, romántico y doloroso de diez pistas que van directas a la entraña y que responden al título de “Pensando Mucho y Mal” (Mushroom Pillow, 23).

Después de abrazarnos a la intimidad que Lusillón propone y exhibe sin pudores en sus diez correspondientes cortes, nadie podrá negar el sentirse abrumado y hasta vapuleado, emocionalmente hablando. Y es que la cantante de Madrid sabe bien cómo meter el dedo en la yaga, en tanto en cuanto nos entrega un testimonio creíble con el que consigue desnudarse ante nosotros y calarnos sin ambages. Libre de sofisticadas pretensiones y con una luminosa timidez que emana ritmos selváticos, “Un Minuto Pls” entra de puntillas en nuestros oídos generando un mood de confesiones cálidas y conmovedoras que supondrán el chispazo de ignición de la temática que presentarán los sucesivos temas. Con un espíritu que nos remite ya más a nombres de notorio calado dentro del romanticismo de dormitorio, como Clairo o Cuco, “Me Gustaría Gustarte” se postula como principal single del álbum y como mesa sobre la cual situar las cartas de un arrepentimiento sincero, que aunque tardío evidencia sus innegables dosis de valentía: “Me gustaría gustarte, poder llevarte a cualquier parte. Decirte todas las cosas que no te he dicho antes, pero tal vez ya sea tarde y no quieras hablarme”.

En este particular torbellino de emociones a flor de piel también caben ilustres colaboraciones como la que Lucía firma junto a Teresa Gutiérrez, aka Ganges, quienes a pachas dibujan una oda al espacio personal y a la prioridad del yo en clave de R'n'B lo-fi (“No Me Dejan”). Pero si hay una incuestionable herramienta que completa con acierto y éxito los sentidos y vividos relatos de Lusillón, esas son las bases construidas por Álex Granero alrededor de sus particulares exposiciones, quien se apunta el tanto de ser responsable en la producción del álbum y complementar de forma redonda la ya de por sí fresca y franca verborrea de la artista (haciéndonos viajar desde la más pura solemnidad con “Caímos Las Dos”, hasta episodios más radiantes y juguetones, como “Hazlo Más Fácil”). 

Echando mano de dulzura y de una remarcable diversidad sin filtro (con la que hasta la artista se arranca a cerrar el LP con una pieza en corte de bossa-nova, titulada “Hoy No Quiero Darte Flores”), Lusillón demuestra no tener reparos para espetar lo que siente, ya bien sea de forma literal (“No Te Hace Falta Mentir”), o retratando la incertidumbre y la zozobra de forma más figurada (“Me Quiero Ir”). Lo que queda patente es que el carácter empoderante y apasionado de esta joven y prometedora cantante es el pegamento que une todas las aristas de un debut sencillo, pero repleto de capas emocionantes y significativas.