Que el trap es más que polivalente y que puede mezclarse con todo no es, a estas alturas, algo nuevo. Traperos argentinos como Duki o Dak1llah toman como referencia géneros como el tango para algunos de sus temas o incluso incluyen sonidos propios de este estilo en sus canciones, como en “Perdón”, una de las canciones de “Super Sangre Joven”(19), del artista porteño. Este sonido tan característico que adquirió fama internacional en el siglo XX no deja de sonar, en pleno 2020, en las calles de ambas costas del río de la Plata. Tradición y contemporaneidad musical convergen, lo que hace que surjan propuestas tan eclécticas e interesantes como la de Pekeño 77, trapero oriundo de la periferia de Canelones (Uruguay), que toma el género urbano como bandera pero lo mezcla con todo lo que escuchó desde chico en su barrio. Una zona en la que mamó en primera persona las desigualdades sociales y las dificultades para salir adelante. Donde, de adolescente, eligió cantar después de pelearse habitualmente con cualquiera.
Por ello, Pekeño 77 toma el trap como un género obrero y baña de letras reivindicativas su primer disco, “Sin Prontuario”. Mediante él, el uruguayo encuentra la manera de explicar las dificultades de su barrio, como en “Simplemente yo” o “Para mi gente”, en la que se entrevé su preferencia a seguir el camino de la música antes del de la delincuencia tan presente en su entorno: “Tres puntos en la cara/La vida fue mala y me rozaron las balas/Perdón mama, mi tierra latinoamericana”. El nombre del disco habla por sí solo: “sin prontuario” es lo que anuncia la policía uruguaya cuando te libera de la cárcel. Y el 77, el número de Facundo Cedrés (su nombre real) cuando estuvo preso. Entre esos mundos, la droga es uno de los temas recurrentes en sus letras, como cuando las menciona en “MaMa” o en “Pistola I”. Pero uno de sus pilares vitales fue y es la familia, presente en canciones como “Pantera”.
De abajo hasta lo más alto: actualmente, Cedrés es de los artistas uruguayos más famosos, con muchísima tirada tanto en su país como en Argentina. Y suma y sigue. Precisamente, la canción más destacable del disco, “Rangos II”, es una agrupación de colaboraciones de la talla de traperos argentinos como Cazzu, C.R.O, Neo Pistea, Bhavi, Homer el Mero Mero, además del uruguayo Ruben Rada. Una unión de voces perfectamente trenzadas con un videoclip explosivo que pone de relieve la excelente producción del disco, en el que participan figuras como Bizarrap, el argentino que ha dado un paso más allá en la industria, poniendo de relieve el trabajo del productor como un artista más. “Realidad Freestyle”, junto a Homer el Mero Mero, o “Valentino”, con We$t Dubai o Franux BB, son dos colaboraciones más entre traperos que muestran la fuerte hermandad en el género urbano. Dos años después de sacar su primer single, Pekeño 77 se posiciona como uno de las mejores voces del trap latinoamericano actuales gracias a este álbum.
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