En esta casa nos ahorraremos la presentación de David Bazan, puesto que ya hemos afrontado en varias ocasiones noticias relacionadas con su carrera y sus lanzamientos y haremos lo mismo con su proyecto original, Pedro The Lion, iniciado en el ya lejano 2005. Así que iremos al lío, y este tiene por título "Havasu". Y la cosa tiene su miga.
Para empezar, las cataratas de "Havasu" se sitúan en el gran cañón, en el Estado de Arizona y se producen cuando el río del mismo nombre desemboca en el río Colorado. Fin de la clase de geografía, inicio de la de curiosidades absurdas. En los años sesenta, el puente de Londres se puso en venta. Como lo leen. Robert P. McCulloh, un arquitecto e industrial norteamericano que estaba construyendo una ciudad entera al lado del lago Havasu decidió hacerse con él por un millón de libras esterlinas y lo tra sladó piedra a piedra al desierto. Con los años, después del Gran Cañón, se convirtió en la atracción turística más concurrida de Arizona. Una historia que a Bazan le parece literalmente así: “un lugar muy sintético y rebuscado ubicado en medio de un paisaje conmovedor y desolado”. Así que empezó a darle vueltas a ese concepto. Un proceso culminado con la escucha del audiolibro de la biografía de Tom Petty. De esos dos aspectos sacó el músico la idea de convertir su nuevo trabajo en un disco conceptual que fuera un mensaje a su yo de doce años. Y el resultado iba a titularse, claro está, "Havasu".
Planteado al principio como un disco acústico, el trabajo acabó tomando su forma alrededor de la Les Paul de Bazan, mutándose hacia lo eléctrico. “Don’t Wanna Move” lo deja claro. No en vano todo se inicia con esos acordes apenas lanzados al aire. De hecho, solo unos pocos segundos nos sirven para identificar los elementos claves del disco: guitarra, voz y la omnipresente batería de Sean T. Lane, a la que se une un extraño instrumento semi percusivo al que llaman la bicicleta, construido a partir de unos pedales. Los hits del disco están sin duda en la convencional y algo new wave “Too Much” y la emocionante “Making The Most Of It”, aunque el cancionero es compacto y no tiene bajones destacables. “Own Valentine”, “Stranger” o “Good Feeling” podrían pasar a formar parte sin demasiados problemas de lo mejor de su repertorio, y con eso queda todo dicho.
Dice Bazan que está ante una trilogía de música vital que aún debe dar su punto final. La empezó en 2019 con “Phoenix”, y sigue ahora con este “Havasu”. Con que mantenga el nivel en el siguiente nos vale.
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