Paul Weller sólo tiene sesenta y dos años, aunque las marcadas arrugas de su cara y el hecho de que fundase The Jam cuando era poco menos que un adolescente podrían sugerir que acumula unos cuantos más a sus espaldas. Tras convertirse en icono de la cultura británica con The Jam, el de Surrey formó The Style Council junto a Mick Talbot, y en 1992 estrenaba una carrera en solitario que ha resultado casi siempre notable, además de generosísima en referencias. De hecho, ‘On Sunset’ es ya el decimoquinto álbum de estudio del vocalista; y ése con el que ‘modfather’ se muestra como un artista aún inquieto en sus pretensiones, además de extremadamente capaz a la hora de combinar el clasicismo habitual de su música con unas formas arriesgadas, entremezcladas entre ellas y también más contemporáneas.
El presente disco viene presidido por una marcada alma soul que remite a los tiempos de los mencionados The Style Council, pudiéndose interpretar el decálogo aquí incluido como una versión actualizada del proyecto que Weller manejó en la década de los ochenta. Pero el soul es únicamente el punto de partida sobre el que el inglés se sitúa para maniobrar a su antojo, y desde el que añadir una serie de elementos adicionales que terminan por resultar determinantes en el talante final de la entrega. Porque la fórmula se completa con pop emocionante, algunas pinceladas experimentales y electrónicas, y no pocos arreglos clásicos de cuerda y viento a cargo de Hannah Peel, contando todos ellos con su parte de protagonismo. El elepé se abre con “Mirror Ball”, corte de ocho minutos y varias partes diferenciadas cercano a una pequeña ópera rock, antes de dar paso a “Baptiste” –que bien podría haber sido propiedad de Van Morrison– y la fantástica “Old Father Tyme”. También destacan los tres sencillos extraídos del producto: “Earth Beat”, “More” y la sedosa “Village”, además de los siete minutos de la propia “Sunset” que da título a la obra y una “Equanimity” con ecos a los Kinks de Ray Davies. El álbum se cierra con la épica bien entendida y algo dramática (la alargada sombra de David Bowie alcanza hasta al mismísimo Weller) de “Rockets”, en lo que supone un epílogo incontestable. ‘On Sunset’ incluye varias piezas en las que Paul Weller suena esplendoroso e irradia toda su grandeza creativa, ésa al alcance de los elegidos y con la que justifica su posición tan privilegiada como vigente dentro de la historia de la música británica.
‘On Sunset’ es un elepé con sentimiento, con momentos emocionantes e instantes inquietantes que presenta virtudes específicas en cada una de sus paradas. Además, la profundidad evocativa derivada de la interpretación vocal del músico queda especialmente realzada en este bonito disco. Menos de dos años después de ‘True Meanings’ (Parlaphone, 18), Paul Weller podría haberse conformado con entregar un nuevo trabajo con su impronta, y seguramente hubiese sido motivo de celebración para sus fieles seguidores. Pero, aunque el álbum venga empapado en la personalidad creativa de su autor, éste ha aprovechado la ocasión para probar nuevas opciones y el resultado puntúa al alza. Queda así señalado un artista clásico moderno que, de algún modo, comienza a acometer su madurez sin perder nervio ni las ansias por adentrarse en algunos terrenos menos habituales.
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