Tras los apreciados “Light Up Gold” (13) y “Sunbathing Animal” (14), el pasado año Parquet Courts sacaron a Pitchfork de quicio con su álbum “Monastic Living”. Treinta y dos minutos de ruidos y experimentos que provocaron un suspenso en la crítica y les ganaron comentarios como “Parece que se trata de su primera declaración de dejadez total” o “No sólo son temas sin voz, si no completamente desafinados y mayormente aburridos”. En fin, divertidísimo.
Pues bien, los de Brooklyn han reaparecido en escena con “Human Performance” como si lo del año pasado hubiera sido una broma pesada, un simulacro. Han vuelto las guitarras secas y las baterías constantes y esa voz dejada con la que Andrew Savage parece hacer constantes declaraciones de suicidio frustradas tras no haber encontrado café un lunes por la mañana. Esto, es Parquet Courts en toda regla, y lo que les mantiene en su indefinible limbo de “americana punk” o “post garage wave revival” (¿?), constatando que en el Emporio Underground estadounidense hay islas que escapan de la omnipresencia del sonido california. “Dust”, “I Was Just There”, “Captive Of The Sun” o “One Man No City” podrían ser temas sobre los que proyectar los títulos iniciales de una película de Jim Jarmush.
Parquet Courts tienen algo así, de área de servicio desangelada con el suelo mal fregado. Hay temas más movidos como “Prathos Pairie” y “Two Dead Cops” y oscuros al estilo de “Human Performance”. Al contrario, “Steady On My Mind” o el último corte “Its Gonna Happen”, le dan el toque nostálgico, tristón. Y “Berlin Got Blurry” es la guinda del pastel. En resumen, “Human Performance” es como apagarse un cigarro en la lengua, pero más barato, menos arriesgado, y suena mejor.
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