Resumir diecinueve canciones con un puñado de etiquetas no suele ser fácil; menos aún cuando la idea de un disco doble es la de, precisamente, moverse por distintos terrenos sónicos y casi metafísicos. Fervientes defensores del eclecticismo, Parcels nos ofrecieron una pequeña muestra de ello en su debut homónimo, cómodos entre el chillwave más pegadizo, las canciones inspiradas en bandas británicas como The Human League y el placer culpable del pop más rompepistas.
“Day/Night” no es una continuación de esos hits aterciopelados como “Lightenup” o “Tieduprightnow” –exceptuando quizá “Somethinggreater”– ni siquiera se le parece en cuanto al concepto. Sin embargo, late una misma esencia, marcada por detalles como la variedad de influencias o esa habilidad por dejar que las canciones respiren, disfrutando de la pausa y dando protagonismo absoluto a los instrumentos para crear melodías que atrapan de manera inconsciente.
La idea tras “Day/Night” es la de evidenciar dos caras de una misma moneda: luces y sombras, dentro y fuera. La primera parte transcurre en el mundo exterior, con el ajetreo de la ciudad (“Inthecity” con efectos de sonido y arreglos orquestales a cargo de Owen Pallett); el amor y las relaciones humanas (“Theworstthing”) y como, lentamente, a medida que fluyen sus nueve canciones, el día nos desgasta (“Outside”). Temas que incorporan percusiones latinas, para arroparlas de una nostalgia mucho más cálida (“NowIcaresomemore”), complementadas con arreglos de cuerda que derivan a medida que cae el sol, abrazando sonoridades con el encanto decadente de un piano-bar a las tres de la mañana.
La segunda parte se inicia con “Shadow”, una puesta de sol acompañada por armonías vocales de fervor cuasi mesiánico. Nueve canciones bajo las que laten influencias del jazz de los setenta, de la música disco (“Famous”) y del pop más sixties (“Once”). Una apuesta por temas más libres en su forma, reposados (“Reflex”), pero también de cambios abruptos e inesperados, con melodías grandilocuentes. Sin duda, “LordHenry” es el exponente más claro. Una parte centrada en el mundo interior, donde el protagonista afronta el lado más oscuro de su personalidad (“Thefear”) para, en última instancia, abrazar esa cara que nunca se enseña y encontrar la belleza en ello (“Nightwalk”).
El segundo álbum de los australianos no es un disco fácil, especialmente si alguien esperaba hits immediatos que nos pusieran a bailar sin ningún tipo de culpa, pero es un trabajo en el que se han dejado llevar sin levantarse barreras. Por ello se trata de un disco que crece con las escuchas y que nos permite encontrar detalles que reconfortan al oído. Parcels han apostado por ellos mismos y por contar una historia. Y eso sí, “Day/Night” es la banda sonora de una película que no nos cuesta imaginar.
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