Paramore han vuelto coloridos, aunque sobre ellos planea una sombra: nadie dijo que crecer fuera fácil. Envueltos de nostalgia ochentera y en tonos pastel, los que fueran uno de los referentes del pop punk de finales de los dosmil abrazan su lado más agridulce. After Laughter se pierde entre ritmos que evocan a un verano eterno sin miedo a explorar su faceta más pop, dejando atrás el rock y dando paso a los sintetizadores. Eso sí, si escarbamos más allá del envoltorio azucarado, nos encontramos con algunas de las letras más oscuras de Paramore, en la felicidad fingida de "Fake Happy" y los momentos oscuros de "Hard Times", que nos hacen perder la sonrisa.
Crecer no es fácil para una banda de pop punk, pero parece que Paramore han encontrado por fin una dirección clara en este imaginario de sombras iluminado por luces de neón.
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