Panda Bear Meets The Grim Reaper
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Panda Bear Meets The Grim Reaper

8 / 10
Jorge Obón — 02-01-2015
Empresa — Domino
Género — Electrónica

He aquí el final de la trilogía que comienza con las coplas a la muerte de su padre y la instalación en Lisboa de “Person Pitch”, continua con el asentamiento de “Tomboy”, y termina con la visita de la parca, que no es otra cosa que la aceptación y superación del duelo, y la asunción de que hay luz al final del túnel.

Musicalmente, Noah Lennox se siente con ganas de cambiar de centro de gravedad. Ni él sabe qué hará después, pero tiene claro que toca dar carpetazo a las referencias que han llenado sus discos en solitario y con Animal Collective. El “grim reaper”, o la parca, actúan en el álbum como motor de reencarnación de tres maneras diferentes. La primera, desde el comienzo del disco hasta “Come To Your Senses”, es la búsqueda de llamativos estribillos consecutivos apoyados en la voz, con la intención, según me confesó Lennox, de hacer algo tan efectivo como la remezcla de DNA del “Tom’s Dinner” de Suzanne Vega. La segunda, más Atlántica, se apoya en el piano, los vientos y las arpas calmadas de “Tropic Of Cancer” y “Lonely Wanderer”, un complemento de una lisergia contemplativa que da paso a la tercera parte, que es la pelea de Lennox y Sonic Boom para que la producción triunfara frente a la debilidad aparente de “Acid Wash”.

Este álbum representa sobre todo la lucha de Panda Bear por mirar hacia adelante aunque sea con las gafas empañadas, sabiéndose capaz de inventar algo nuevo que aún no tiene forma, pero que se construye en un laboratorio en el que ha querido investigar para descubrir cuál es el carburante sonoro de la música popular contemporánea, algo así como la búsqueda del arca perdida. Nadie sabe dónde está, pero muchos creen tener una idea aproximada sobre su paradero. Lennox ha conseguido no dejar de ser él con ese empeño en seguir sirviéndonos su “sopa” irreconocible. Pero aún mejor, cuando la fórmula magistral de los “Animales” parecía no encontrar fácilmente una grieta por la que seguir creciendo a gusto, ha dado con algunos de los estribillos que buscaba, los ha rodeado de espacio para crecer, y se ha marcado otro gran disco con una apariencia mucho más simple que “Person Pitch”, pero con un trasfondo capaz de llenar enciclopedias. El colmo.

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