A la cuarta va la vencida. Y no es que sus anteriores trabajos se hayan sentido precisamente olvidables o menos trascendentales para el camino profesional de este cuarteto de Manchester, pero es indudable que con este cuarto larga duración los chicos de Pale Waves han alcanzado el equilibrio perfecto entre todas sus inquietudes estéticas y sonoras hasta lograr conformar una propuesta que les defina con mejor acierto y justicia que en previos desafíos.
“Smitten” (24) tiene una madurez, una solidez y una cohesión que solo el callo y los años logran darte. Un excelente uso de la experiencia acumulada que nos lleva ahora a comprobar cómo Heather Baron-Gracie ha dado con la manera definitiva de maridar sus vivencias más íntimas con sus diversas inquietudes creativas. Todas ellas con un pie dentro de alguna década ya extinta, sí, pero que pasadas por el sello personal de la banda consiguen sentirse más vivas y presentes que nunca.
Gracias a estos diez años como formación, enteramente marcados por diversos guiños de pretérito cuño (desde el pop gótico de “My Mind Makes Noises” hasta el post-grunge de “Who Am I?”, pasando por el conato de pop-punk de “Unwanted”), Heather y los suyos han terminado dando con una fórmula que remita a su sonido base, pero que a su vez sea siempre capaz de ofrecernos algo nuevo, ilusionante y emocionalmente luminoso. De hecho, no resulta baladí que “Smitten” se publicase precisamente a finales de verano, pues las bases reverberadas y la voz prístina de la vocalista en “Perfume” son un verdadero canto al género coming of age, donde las vivencias estivales comienzan a parecer ya simples quimeras caducas (“Oh, laying in the fields with you / Please, tell me that we can make this last forever”).
Y es que no solo en lo musical han conseguido dar con la tecla idónea (reescribiendo sus influencias y conjurando el sonido de genias del rock alternativo como Alanis Morissette o Dolores O’Riordan entre briznas de sintetizador ochentero). También en lo lírico vemos ahora una entrega más honesta e impúdica, conformando un set de canciones de amor (y desamor) llenas de literalidad y resolución con las que Baron-Gracie no solo se purga por dentro, sino que también celebra y declama su pertenencia al colectivo como nunca antes en su música (“I'll be your sweet disposition that you wanted so bad / I'll be the reason that your father gets so fucking mad”, canta con romántico descaro en “Not A Love Song”).
Casi como si de la banda sonora de un diario de amor y de vida se tratara, “Smitten” es el paso hacia adelante más certero que Pale Waves han dado en el último lustro, haciendo de cada una de sus pistas un festival sobrecargado de pasiones a flor de piel (“Kiss Me Again”), confesiones sin filtro (“Slow”) y referentes retro (“Thinking About You”) con el que que lograrán que les amemos de nuevo como en aquel debut de 2018.
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