Pajo
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Pajo

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Redacción — 29-08-2005
Género — Folk
Fotografía — Archivo

Existe un tipo de artistas tranquilos cuya creatividad acaba siendo relacionada demasiado a menudo con un montón de otros artistas mas conocidos, lo cual no sería un problema si no fuese porque se les acaba ninguneando y llamándoseles artesanos de esa manera tan condescendiente. A David Pajo le pasa un poco eso, y en cierto modo es normal: Slint, Tortoise, Will Oldham, Stereolab, Zwan, Royal Trux...

Son tantos los nombres y tan buenos, que es relativamente fácil olvidar que David Pajo tiene alguno de los discos más sobrecogedores e inteligentes de los últimos años. A veces cabrea, pero también imagino que la gracia está en eso, en poder hacer lo que se te ocurra de un modo natural, alejado de una atención excesiva, disfrutando desde la modestia de canciones y sonidos siempre cambiantes, basculando entre la sobriedad y el juego incluso cuando, como en este “Pajo” firmado por primera vez con su nombre (antes M, Aereal M, Papa M), se pone delante de su portátil a grabar una colección de canciones que a ratos recuerdan a un Elliott Smith enrarecido (ver “Oh No No”, la preciosa “High Lonesome Moan”, “Icicles”), con alguna que otra capa de electrónica hipersensible y detalles como las suaves percusiones de “Ten More Days”, los fuegos artificiales del final de “Manson Twins”, la vitalidad de “Baby Please Come Home” (aquí casi parece la mezcla imposible entre los primeros Trembling Blue Stars y los últimos Pernice Brothers) y así hasta un total de diez canciones que no sólo ganan a cada escucha, sino que se te agarran a la panza como un koala a su árbol de eucaliptos.

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