Futuros Valores
DiscosPablo Und Destruktion

Futuros Valores

8 / 10
Tomás Crespo — 03-02-2020
Empresa — Humo
Género — Pop-Rock

Pablo García Díaz es un artista de voluntad inquebrantable. La honestidad está soldada a su piel. Desde su debut como Pablo Und Destruktion con “Animal con parachoques” (Pauken, 12) el asturiano ha ido entregando una serie de episodios discográficos a cuál más catártico que, al tiempo que agrandaban su reputación de trovador ingobernable, constituían una antología del constreñimiento que se acercaba inevitablemente hacia el abismo. Hasta ahora. Tras el Apocalipsis que supuso su anterior trabajo, “Predación” (17), Pablo ha decidido tomar distancia y ponerle freno a su particular escalada de violencia. “Futuros valores” supone una purificación, artística y espiritual, de toda esa furia de la que hacía gala.

Estamos ante un álbum minimalista que prescinde de cualquier artificio o efecto de sonido para centrarse en lo sustancial: las letras y los acordes que constituyen las canciones. Pablo Und Destruktion vuelve, por así decirlo, a su faceta más cantautoril. El disco se abre con “El cortejo”, una sencilla canción de amor que es como una invocación para el ser querido. “Gijón", el primer adelanto, es quizás la más discursiva del lote, con sus referencias explícitas al puerto y a un personaje tan fascinante como fue Rambal, cupletista asesinado en 1976 (“mucho más que un marica, un héroe nacional”).

En “Credo paisano” deja algunas píldoras que son claves para entender el nuevo rumbo que Pablo ha decidido emprender: reniega de la locura, de la distorsión, del prestigio social y la droga y aboga por “comer, pasear e hincharnos a follar”. Una vuelta a las esencias en la que profundiza en “Problemas” (“No hacía falta toda esa fanfarria, lo que hace falta es que encuentres la paz”). “Gracias” es una reflexión sobre la compleja relación público-artista, que Pablo identifica como algo vampírico, mientras que en “Viva la gente” rompe una lanza a favor de la colectividad. Pero quizás una de las más sorprendentes del sea “Ser profesor”, una canción que Pablo Und Destruktion escribió precisamente porque quería adentrarse en el mundo la docencia, disciplina con la que ha terminado compaginando su carrera artística. La dimensión política de su discurso se agudiza con “La Reyna”, una alegato (50% irónico, 50% sincero) por una figura virtuosa capaz de representar la unidad.

Por último, “Bastante” sirve como epílogo de este relato de expiación con una contraposición de belleza lírica (“nunca he tenido dentro mi tanto amor”) y pesadumbre armónica que pone los pelos de punta. En definitiva, un trabajo más “Pablo” que “Und Destruktion” en el que el asturiano se reencuentra consigo mismo y reivindica una serie valores que parecen encaminar su propuesta hacia un nuevo lugar, quizás más apacible pero no por ello menos belicoso.

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