Fallido retorno a la actualidad musical del cuarteto de San Francisco tras tres años en el dique seco. Disco sin sangre, de melodías tan fáciles como fallidas y además parco en ideas. Lo que funcionaba (y de qué manera) en su primer y homónimo álbum de 1997 pero ya empezaba a flojear en su segundo trabajo (“Blue”, 99), es ahora una reiteración de esquemas y patrones de autoplagio, dentro de su soft-rock alternativo que hace grandes a Everclear.
Parece que el recambio del guitarrista Kevin Cadogan por Tony Fredianelli no ha servido para renovar las ideas del máximo responsable Stephan Jenkins (voz y guitarra) y aportar ese salto cualitativo al que obliga todo tercer disco. Lejos de ello, “Out Of The Vein” es más de lo mismo.
Trece temas en busca (perdida) de la melodía resultona, de producción tan edulcorada como elaborada, orientada a radios comerciales y rockeros que hace unos cuantos años se asearon toda la mugre grunge. Claro que si prefieres no comerte el coco demasiado con todo ese rollo de la evolución de los grupos y encima olvidas rápido los discos del año pasado, entonces igual hasta te engañan de nuevo.
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