Inteligentes y sensibles, inspirados por las bandas más intrépidas de finales de los setenta y los primeros ochenta, entre otras cosas que delatan su buen gusto, el cuarteto de Montreal Ought tiene la oportunidad de ampliar audiencia tras haber fichado por un sello de prestigio como Merge. Para conseguir alcanzar el nuevo nivel se han puesto en manos de Nicolas Vernhes (The War on Drugs, Deerhunter). La elección funciona de cabo a rabo, aunque el piano inicial descoloque algo. La alienación contemporánea, tecnológica, pero también de otros tipos, a la que nos dejamos someter cada día, es el leitmotiv de un disco que combina la búsqueda experimental y las estructuras imaginativas con las repeticiones obsesivas y los ritmos cambiantes.
Las nueve canciones, atemporales, sin miedo a las progresiones insospechadas, con momentos más reflexivos y abstractos como "Brief Shield" o el final de "Alice", terminan en un santiamén, signo de que estamos ante un excelente disco de pop refinado e imaginativo. Otra cosa es que la gente esté para platos tan sutiles y bien cocinados en estos tiempos de comida rápida.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.