Fiel a su cita, disco nuevo de estudio cada cuatro años desde que debutó en 2006 con “Esquemas juveniles”, la cantante chilena y su inseparable Cristian Heyne a la producción vuelven a la carga con “Otra era”, un trabajo que, parafraseando su título, presenta a otra Javiera Mena. Lejos ya del pop delicado y preciosita de su excelente debut, cercano al de La Buena Vida y Le Mans en espíritu, y un paso más adelante del electro pop con la vista puesta en los ochenta del también espléndido “Mena”, lo que presenta ahora la menuda intérprete latina es un vigoroso tratado de pop electrónico actual cercano al que ofrecen propuestas contemporáneas como las de Cut Copy, Annie y Yelle. De hecho, “Otra era” es la continuación perfecta de las canciones más desbocadas y encaradas a la pista de baile de “Mena”, cortes como “Sufrir” y “Luz de piedra de luna”, temas en los que ya hacía gala de una falta de prejuicios -indies- sanísima.
Ese salto a ligas mayores, al del mainstream inteligente y sofisticado, al de la música de baile de radiofórmula de calidad, es lo que ofrece el tercer disco de estudio de la chilena, una absoluta apisonadora de hits tales como “Esa fuerza”, “Que me tome la noche”, “La Carretera” (donde suena la voz de El Guincho), “Sincronía, Pegaso” (cuyo tramo final es muy Julieta Venegas) y las ya conocidas con anterioridad “Espada” y “La joya”.
Penoso que las féminas tengan que sacar pecho para vender discos. Luego se quejan del machismo, etc.
“Free The Nipple”