Más de cinco años han pasado desde la última entrega de los mallorquines, y lo cierto es que el largo tiempo de espera se justifica con el giro operado. Oso Leone nunca han sido amantes de la foto fija, de retomar las cosas en el mismo punto en el que las dejaron. Su evolución también bebe del signo de los tiempos. Así que ahora se presentan inequívocamente lejos del folk espectral con el que emergieron, pero también distanciados de aquel rock después del rock con el que ratificaron la singularidad de su fórmula. Texturas seductoras, deceleraciones que rayan lo hipnagógico, tonalidades acuosas, sintetizadores acolchados y una sempiterna voz en falsete marcan este nuevo trabajo, a medio camino entre soul digital, el r'n'b evasnescente y el funk licuado hasta su mínima expresión.
Inevitable acordarse de Rhye, incluso de James Blake. La mudanza de piel se resuelve con oficio, pero en su cruzada por sumergir al oyente en un estado de ánimo muy particular, el minutaje de este seductor "Gallery Love" se resiente – especialmente en su segundo tramo – de cierta linealidad hipotensa, un poco en la onda de lo que le ocurría al Connan Mockasin de "Caramel" (2013). Temas como “Virtual U”, “Best In You”, “Vernal Pools” o “Blue Come In” cuajan a las primeras de cambio, pero se intuye que, aunque sus formas hayan cambiado sin alterar el fondo, son aquellas las que a veces siguen pesando más que este, en un discurso que prima el factor estético.
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