Con bases electropop y con ruiditos, sí, pero con unas melodías tarareables y populacheras que fácilmente podrían trasladar-se a un escenario, con coros y coreografías y muy poco que envidiar a Rodgers o Schönberg. ¿Algún iluminado se atreve a probarlo? La proeza de Momus es que no parece tomarse en serio ni a si mismo ni al género musical que defiende. Todas las referencias apuntan al extrarradio: La melodía de “Scottish Lips” podría encontrarse en los primeros discos de Leonard Cohen, mientras que “Oscar Tennis Champion” podrían firmarla los Doors más cabareteros. Con sus letras, como siempre, riza constantemente el límite del surrealismo genial y de la absoluta tontería: “No me ames por mis labios escoceses, ámame por como cocino… No seas estúpida, estoy bromeando”, o toda esa aventura del último comunista soviético. En su web oficial puedes descargarte gratis algunas remezclas.
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