Esta no es la primera vez que Slash, el célebre guitarrista de Guns N’ Roses, reúne a su alrededor un all-star de invitados para completar uno de sus proyectos. Ya lo hizo en el pasado y, la verdad, nadie como él para permitirse el capricho. ¿Quién sino sería capaz de reunir en una misma canción a Brian Johnson (AC/DC) con Steven Tyler (Aerosmith) a la armónica para arremeter el “Killing Floor” de Howlin’ Wolf? Pues muy pocos, la verdad. Ahora mismo pocos tienen tanta influencia. Quizás Dave Grohl pudiera conseguir una lista similar con tan solo descolgar el teléfono durante unas horas.
En esta ocasión, la excusa –porque había que buscarla, ¿no?– es un disco de blues. Bueno, blues a su manera. A la manera de Slash. Recurriendo al material de, entre otros, Robert Johnson o Lightning Hopkins, Slash ha grabado el típido disco que no rompe esquemas, pero que tampoco molesta. Un producto muy a la americana, ideal para filmar un programa de televisión con todos los músicos desfilando y Slash en el centro, como si no pasase nada, como si fuese lo más normal del mundo trabajar con tantos músicos de relumbrón. Para él, claro está.
Y es que, por el estudio en el que se grabó, se pasaron desde Chris Robinson de The Black Crowes ("The Pusher") a Billy F. Gibbons de ZZ Top ("Hoochie Coochie Man"), pasando por la estrella del country Chris Stapleton ("Oh Well"), Paul Rodgers ("Born Under A Bad Sign"), su íntimo amigo Iggy Pop ("Awful Dream") o ese Gary Clark Jr. ("Crossroads”) al que se llevó de gira como telonero. Aunque sobre todo sorprende encontrarse con Demi Lovato en la nómina de colaboradores, interpretando “Papa Was A Rolling Stone”).
En cuanto a resultados, la colaboración con Dorothy es de las más logradas (“Key To The Highway”, compuesta por Charles Segar) gracias a su profundidad y a una ejecución fantástica. Eso sí, la toma que más luce es esa “Stormy Monday” de casi ocho minutos con una Beth Hart que está en su terreno, cómoda y seguro. Pocas cantan tan bien blues como ella. Entre ambos bordan esa pieza de T-Bone Walker, mostrando una químita especial y un conocimiento perfecto del material con el que trabajan.
Y para cerrar, la instrumental “Metal Chesnutt” que abre otra posible puerta: ¿Una reunión similar con otros guitar heros? De momento, la espera de si eso llega algún día, “Orgy Of The Damned” dejará satisfechos a quienes consideran a Slash un músico de otro planeta.
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