Only One Mode

Speed apuntan a ser otro eslabón de la genial escena del “nuevo” hardcore. Sin ser los más rompedores, y a pesar de contar por momentos con los clichés más cargantes de ese hardcore hostil y de rectitud tan manoseado, lo cierto es que en esta primera referencia de larga duración titulada “Only One Mode” que nos ofrecen los australianos hay cosas interesantes que pueden abrir camino hacia algo más grande.

La banda de Sídney formada por los hermanos Aaron y Jem Siow al bajo y voz respectivamente, Dennis Vichidvongsa y Josh Clayton a las guitarras, y Kane Vardo a la batería, se consolidó gracias a una amistad forjada en conciertos de la escena underground de su ciudad, propiciando en 2019 la creación de Speed tal y como se conoce hoy. Antes de este álbum debut, lanzaron una demo a finales de 2019 y los EP’s “2020 Flex” (20) y “Gang Called Speed” (22), material que seguramente encantará a los amantes del hardcore con tintes metálicos de la escuela de Biohazard, Madball, Agnostic Front o Sick Of It All. Sin embargo, al igual que este disco, es posible que deje frentes abiertos que vaticinen que lo mejor y más fresco todavía está por llegar.

Los adelantos de “Only One Mode”, como ese break lleno de groove con líneas de bajo potentes, golpes sutiles de cencerro y una flauta que añade un extra interesante en la genial “The First Test”, o la marchosa y mosheable “Don’t Need” unido a los elogios por parte de Shaquille O’Neal, Travis Barker y su pareja Kourtney Kardashian y Post Malone parecieron poner los dientes largos a muchas personas, pero honestamente que te escuchen las celebridades de turno es más una anécdota estúpida que un sello de calidad. Estos cinco amigos de la infancia, que también cuentan con un longevo compañero como productor (Elliot Gallart), transmiten vibraciones auténticas y su maquinaria está perfectamente engrasada. Su música es honesta y creíble y ofrece lo que promete sin mucho más. ¿Es esto bueno o malo? La respuesta dependerá de si buscas un buen disco de hardcore o si te emocionaron más esos escarceos tribales con flautas en los primeros segundos del disco con “Real Life Love” o en la ya mencionada “The First Test”. En el primer caso, posiblemente te encantará este “Only One Mode”. Si optas por la segunda opción, te quedarás con un buen disco para dejar en tu biblioteca y escuchar mientras levantas pesas sin camiseta frente al espejo del gimnasio creyéndote el más rudo.

Tonterías aparte, “Only One Mode” mola, pero es corriente y moliente. Tiene buenos momentos, un trasfondo antirracista de agradecer y ese sentimiento envidiable de amistad, unión, respeto y lealtad por encima de todo que tanta falta hace en un mundo polarizado y radical, pero musicalmente quizá no aporta lo que uno desearía. Teniendo como vocalista a un exprofesor de flauta y escuchando los coqueteos que la banda parece buscar para romper un poco los estereotipos, aprovechando su multiculturalidad y su trayectoria en otros proyectos musicales, las cosas pueden ser muy prometedoras. Estaremos para verlo y apreciarlo, pero por ahora también diremos con seguridad que hay docenas de bandas como ellos desde hace más de treinta años poniéndole difícil la tarea de ser diferenciales. Eso sí, estaremos con el ojo puesto sobre el quinteto de cara al futuro.