Denostado por sosainas y porque puso banda sonora a las mañanas resacosas de los pijos de Shoreditch y otros barrios chic de Londres, lo cierto es que Badly Drawn Boy es, a pesar de esas gorras y bambas y esos pantalones, un señor con intuición pop. Sus dos anteriores discos mostraban a un tipo de talante autodidacta, con tendencia a la ampulosidad y los arreglos clásicos, unos arreglos que parecían funcionar de perillas sobre el armazón frágil y a punto de romperse de sus canciones. También tenía una vista extraña para el estribillo recordable (como cualquiera que oyera “The Shining” o “Have You Fed The Fish Today” puede corroborar), y eso sí es difícil de conseguir, especialmente cuando uno tiene afición a poner violoncellos por todas partes. Dicho esto, ya podemos confirmar que “One Plus One Is One” no es su mejor disco. En todos los anteriores se notaba una cierta confusión final, un no saber muy bien que dejar y que quitar, defecto que parece acrecentarse con éste su tercero; demasiados apeaderos, demasiados rellenos. Con ello, tiene momentos grandes (“Summertime In Wintertime” es esplendorosa) y muchas flautas y, en la balanza final, gana lo bueno. A los fans les encantará.
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