Más allá de Nirvana, Dave Grohl sigue empeñado en pasar a la historia del rock por méritos propios. No en vano su antológica participación en el último de Queens Of The Stone Age es ya motivo más que suficiente, aunque sería muy injusto que este nuevo proyecto eclipsara su cuarto trabajo. Un disco que no desmerece en nada y que se suma a la tarea de acumular un currículo digno de envidia. Tras la fallida pop que representó su anterior compacto, habría que remontarse a su segundo álbum para degustar un inicio tan demoledor. Tres temas intachables que devuelven al grupo a la categoría “real rock”, de la que se habían evaporado y que evidencian que su amistad con Josh y Nick ha dejado huella en sus venas. Luego, hay que reconocer que el álbum vuelve al redil con un sonido más habitual, que incluye joyas de la belleza de “Tired Of You” (muy fiel a ese estilo no exento de romanticismo que Dave imprime a los medios tiempos), para finalizar con otro de esos temazos de big-rock, “Come Back”, que ya por si solo justifican cualquier adquisición y que espero sirva para abrir una nueva vía compositiva en el grupo. Disfrutar es el verbo, guitarra la palabra, intenso el adjetivo, así que ya puedes ir construyendo la frase.
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