Como una imagen vale más que mil palabras, basta con observar la foto central del libreto de este disco para hacerse una idea de la intensidad descomunal que destilan las actuaciones de My Morning Jacket, como de la que fuimos testigos en el pasado Azkena Rock Festival.
Electricidad sin limites, elegancia desbordante, canciones intrigantes, sonido apabullante, un prodigio en constante evolución que muchos aún no han descubierto. Ahora mismo no existe otra banda capaz de conseguir resultados similares, si acaso Wilco, pero que Jeff Tweedy no se duerma en los laureles porque el tren en el que viajan Jim James y los suyos viene arrollando a toda velocidad. Y es que la maquinaria de My Morning Jacket está perfectamente engrasada que funciona con un chasquido de dedos de su líder y que cambia de velocidad sin demasiado esfuerzo.
Con un repertorio que a estas alturas huele ya a clásico (no quiero ni imaginar qué hasta dónde habrán llegado creativamente en una década), My Morning Jacket destapan su tarro de esencias recogiendo aquí temas de “Z” (alucinante la apertura con “Worldless Chorus”), de “Is Still Moves” (con esa “One Big Holiday” que nos deja al borde del llanto e incluso de los modestos tiempos de “At Dawn” (tremenda “The Way That He Sings”). Y pensar que sus discos siguen sin editarse oficialmente en nuestro país no hace más que subrayar lo más que está la industria del disco en nuestro país.
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