Solo hay una cosa más difícil que traducir en forma de música un mundo mágico, propio, que ha creado un artista en su cabeza, y eso es hacer que la realidad, ese mundo que todos conocemos y compartimos, parezca un universo completamente nuevo y mágico. Después de la aclamada mixtape “Galore” (20), que nos adentra en un universo paralelo, parecido al otro lado del espejo de un nocturno bosque francés, la compositora y cantante francófona Oklou lanza su esperado álbum debut, para demostrar que no solo es capaz de moldear la realidad a su gusto, sinó que es la mejor haciéndolo.
En poco más de treinta minutos, y trece cortes, “choke enough” se convierte en uno de esos discos que solo se pueden clasificar de dos maneras. O lanzando la gran etiqueta paraguas POP, o adentrándonos en la complejidad hibrida de sonidos que hay en él, que crean una retahíla de géneros que se suceden y entrelazan entre sí. Electrónica, melodías envolventes, evocaciones cloud rap, beats club, bases rítmicas de dancehall, guitarras folk, ambient pop o indicios de UK garage. Marylou Vanina Mayniel pone a disposición del universo trovador los dispositivos electrónicos, y hace que el misterio de este recaiga en su ligereza. Un disco que podría tacharse de realismo mágico sonoro. No es oscuro, sino distorsionado, como mirar a través de una gelatina o una lámpara de lava. No es campestre, sino de habitaciones a medio llenar de amigos que en algún momento acabarán o volverán del club, pero no en este preciso instante.
En esta realidad, que parece formar parte de una ensoñación, nos narra su paso a una vida adulta. Su llegada a la treintena se le presenta como un estira y afloja consigo misma “when I get bored of looking inside myself I always open windows at night”. Su narrativa cumple la premisa de que el progreso nunca es lineal, y circula en una espiral de pensamiento constante. A lo largo de todo el disco se pregunta en qué situaciones somos capaces de ponernos con tal de sentirnos vivos. Y su colaboración junto a Bladee, “take me by the hand”, coescrita por Cecile Believe, sintetiza la búsqueda constante de redes y apoyo más allà de si misma, del mismo modo que en el tema “family and friends”.
Pero ante todo, es un choque enough es un disco para bailar suave en el que nada y todo es lo que parece. “Ict”, que cuenta con la producción de A.G. Cook, parece haber estudiado a la perfección la energía y “Bikini” de Nick León y Erika de Casier para convertirla en un tema de folklore digital, con trompetas y todo. “harvest sky” es en sí su canción más club, pero en lugar de estar en la pista, parece que la estemos escuchando desde el interior de los lavabos. Y “endless” dispone los patrones rítmicos del dancehall en un vaho de ambient pop con rupturas que podrían hacernos pensar que en cualquier momento girarà al uk garage sin hacerlo. Oklou logra con su debut redimensionar una realidad que a todos intuimos reconocer, pero nadie había acabado de imaginar, en un triunfo pop sin precedentes.
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