Ohio

A Lambchop le hemos estado dorando la pildora durante muchos años, y posiblemente lo hemos hecho porque se lo merecían. Pero me da en la nariz que la fórmula, al menos en lo musical, se está agotando.

Y es que “Ohio” deja un tufillo a dejà vü, una sensación a: “esta tonada ya se la he oído cantar mil veces a Kurt Wagner” que tira de espalda. Y es que en las carreras largas, casi eternas, cabe exigir el riesgo. El paso hacia algún lado, aunque sea irremediablemente al tortazo, para luego volver al redil por la puerta grande o al menos por la menos estrecha. Pues ya toca. Porque “Ohio” es lo mismo de siempre un disco de Lambchop que suena a Lambchop y lo van a disfrutar a los que les gusta muy mucho Lambchop, si es que atinan a diferenciarlo de entre lo que lleva haciendo durante más de quince años este vaquero descafeinado y triste con sus fieles secuaces. Country-folk de cámara o si lo prefieren folk-rock morfinoso y elegante, aunque en este caso pasemos de la sedosidad al más profundo sueño, por no hablar directamente de aburrimiento supino. Colleja pues para los de Nashville y que espabilen un poco o lo dejen por unos cuantos años.