Aunque hayan empleado cuatro años en su elaboración, el segundo larga duración de Odio París presenta pocas novedades con respecto a un debut tan válido como fue en su momento el disco homónimo de los catalanes. Al menos esas impresiones iniciales se desprenden de las formas empleadas por la banda, con ésta deslizando estribillos para que puedan ser intuidos entre bruma sonora, distorsión y un sinfín de capas apiladas.
Es en sucesivas escuchas donde se revelan todos esos matices que el álbum es capaz de ofrecer a partir de un sonido ampliamente logrado (la producción ha corrido a cargo de Joe Lambert), en el que la presencia de los sintetizadores delimita su definitivo aspecto analógico. “Cenizas y Flores” es una entrega trabajada a conciencia a pesar de que incida con demasiada frecuencia en la misma dirección, apuntando a referentes evidentes como Los Planetas y Ride en una obcecación que termina por restar algún punto a un conjunto, en cualquier caso, solvente y satisfactorio.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.