Travis es una de esas bandas que nadie echa de menos cuando no está, pero que tiene la maravillosa capacidada de alegrarnos el día cuando reaparecen. Nunca han alcanzado las cotas de popularidad de otros, pero han sabido sobrevivir con dignidad al paso del tiempo, coleccionando logros y sin acusar en exceso la progresiva pérdida de vigencia de su pop artesano.
Tras unos años de paro más o menos forzado (el accidente de su batería les relegó al silencio) nos han presentado dos trabajos nuevos en otros tantos años. El que ahora nos ocupa, “Ode To J. Smith”, supone una clara continuación de aquel “The Boy With No Name” del año pasado, pero habiendo perdido por el camino la expectación de la vuelta de la banda. Matizando, sí encontramos cierta evolución hacia sonidos más rock (“Something Anything” y la electricidad de su guitarra) y una vuelta a la oscuridad del brillante “12 Memories”. Por lo demás, para mal o para bien, uno siempre sabe qué va a suponer un nuevo disco de Travis. A estas alturas ya nadie espera un giro estilístico que quizás ni siquiera sea necesario.
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