Con su quinto trabajo de estudio, parece claro que a Dandy Warhols se les ha ido la mano (por no decir la olla) del todo. Más allá de los tics retro que siempre han lastrado su propuesta y que recordaban a cien mil y una cosas pero a nada en concreto (de Lou Reed a Bowie pasando por Duran Duran, Primal Scream o Gay Numan) el exceso más absoluto es la tónica de este nuevo álbum.
Ese “vamos a meterlo todo a lo bestia y sin ninguna vergüenza, porque eso es al fin y al cabo lo que somos: unos putos sinvergüenzas a los que no les ha salido mal la jugada”. Por eso van más allá de lo apuntado en su anterior disco y dan motivos más que suficientes a los que les odian (que son muchos, quizás demasiados) para defenestrarlos por siempre jamás. No son la bomba (cada vez menos) pero me resultan simpáticos. Sin embargo, si ya de por sí eran excesivos, este “Odditorium Or Earlords Of Mars” resulta asfixiante. No da respiro, es largo, se pasa de atmosférico y además es redundante. Lo que podía funcionar en el pasado, salta en sus costuras porque faltan melodías y sobran sintetizadores más allá del morro que le siguen echando al asunto.
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