Parece que este sexteto de Quebec ya ha adquirido la experiencia necesaria tras dos elepés y un single para firmar un tercer trabajo sólido y maduro con capacidades suficientes para desbancar del trono de la oscuridad a tótems contemporáneos de este género. Siguen sonando fríos, pero las estructuras ya no transmiten la fragilidad de sentimientos como las que podían transmitir en anteriores trabajos cuando sonaban a Echo And The Bunnymen.
Siguen oscuros, pero más rockeros y pueden incluirse a esa fabulosa lista de grupos canadienses que tanto amamos los que vivimos en la Europa occidental. “Being Here” quizás es carne de single y “Snakecharming The Masses” es un tema que pone de manifiesto los argumentos que defendía anteriormente refiriéndome a su oscuridad. Hay, además, canciones que conservan la harmonía pop que requieren bandas que construyen su estilo a la deriva del post-punk. Tras una carrera algo consolidada y con una cobertura mediática de segunda o tercera línea firman un disco que puede sonar en todos los clubes más modernos de la ciudad y hacer bailar a todo el mundo despertando el interés de los más curiosos.
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