Estamos ante un álbum que ya estaba autoeditado en primera instancia por el propio Damien Rice, aunque 14 Floor Records se encargara de hacerlo llegar a más gente. Pero fue al pulsar el play cuando la extrañez se convertía poco a poco en excitación. Abre la desnuda “Delicate”, que hace honor a su nombre y en la que repite insistentemente la palabra “hallellujah”. Evidentemente, lo primero que te viene a la cabeza es el pequeño de los Buckley. Sigue “Volcano”, con estos absorbentes juegos vocales femeninos y Rice va desgranando canción a canción –todas grabadas en distintos sitios y diversos momentos en un pequeño estudio móvil- una voz propia con aires de cabaret melancólico (”Cheers Darling”), banda sonora melodramática (“Amie”), gospel introspectivo (“Cold Water”), chanson francesa que deriva en ruido (“I Remember”) o épica operística (“Esquimo”). El disco se va descubriendo como una obra completa, ambiciosa y muy compleja y la propia excitación te convence de que acabas de descubrir algo muy grande.
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