Poco lugar para la risa y el escapismo en el urgente tercer disco de Juanita y los Feos. Apretados en un parpadeo, “Nueva Numancia” escupe una formidable docena de cortes de nueva ola oscura y vitamínica en la que los madrileños no dejan en pie ningún muñeco. Orgullo y pena en el retrato de la realidad de los barrios ("Vallecas"), vergüenza por lo que se hace con lo que dejaron quienes estuvieron antes ("Escupe en la tumba") e incluso llamadas a la acción radical ("Si no juegas limpio la tregua se cancela", cantan en "100 puñaladas"). Así está la cosa, nada gratuita la angustia y la rabia. Pero “Nueva Numancia” pasa de señalar afuera únicamente. "Nunca volverán", "Me arrancaría los ojos" o "No debería" muestran las miserias de la personalidad y el cutre comportamiento común, y ahí es donde de verdad hay sangre, porque ahí hay para todos. Y porque al final, no lo olvidemos, como sentencia "Se ha acabado", casi todos nos vamos sin dejar mucho por lo que ser recordados
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