Con Robert Pollard pasan muchas cosas, pero sobre todo una: el tío es tan incontinente y tiene tanta chispa que puede sacar tres, cuatro, hasta más discos al año totalmente irregulares, pero con una media de canciones maravillosas que no puedes más que seguirlos con tanto orgullo como recelo. De entre todos esos discos, los hay más fáciles de encontrar y seguir, una especie de discografía oficial que puedes encontrar y otra para fans irredentos que tienes que perseguir un poco más.
Alegraos, “Normal Happiness” es de los primeros. Ninguno es substancialmente distinto a lo que fueron Guided By Voices (el grupo siempre fue él, incluso cuando Tobin Sprout escribía alguna de las mejores canciones). Canciones del montón (alguna de ellas parecen sacadas de los discos más feos de The Who) y canciones pop tan increíbles que hacen que te salten las lágrimas de puro goce. Por las dos cosas le queremos, pero sobre todo por la última, claro.
Y “Normal Happiness” tiene unas cuantas: Empieza con tres canciones por las que habrían matado Zumpano, Shins, Rogue Wave y casi cualquiera (“Supernatural Car Lover” es la mejor canción del mundo más de un día y de dos), y luego las reparte un poco más, con picos como “Rhoda, Rhoda” que quitan el aliento.
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