A pesar de que una larga lista de los seguidores de The Pixies reniegan de la carrera en solitario de Frank Black, yo me posiciono a favor y la defiendo a capa y espada ante quien sea. Con sus altos y bajos, como todo hijo de vecino, él se ha sabido reinventar, experimentando mientras escribía muy buenas canciones, con esa capacidad innata que tiene metida en sus genes para componer. Con su anterior disco, “Bluefinger”, cambió de alter ego, y el resultado fue fantástico. Directo a la yugular, atrevido, salvaje, tremendamente inspirado, con canciones como “Lolita” o “Threshold Apprehension”, aquello fue un derechazo en toda regla que nos dejó noqueados y caídos sobre la lona. Sin embargo, con “Nonstoperotik” no hemos tenido esas mismas sensaciones, sino que se trata de un disco en el que explora terrenos tan complejos como el sexo y el erotismo. No convence cuando baja las revoluciones en temas como “O My Tidy Sum” o “Rabbits”, ni cuando se enreda en una telaraña de sonidos inconexos como por ejemplo en la inicial “Lake Of Sin”. En cambio, es en los momentos en los que se vuelve más crudo y terrenal, con ese punto de mala leche que lleva dentro, cuando el resultado se convierte en algo altamente adictivo. “Corrina”, “Six Legged Man” o “Cinema Star” dan fe de ello.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.