Pasan los años y los estadounidenses NOFX continúan siendo la banda de hardcore melódico más divertida, más honesta, más política, correcta e incorrecta, y sobre todo más despreocupada por el éxito comercial de la escena. Hay gente graciosa y gente que te divierte, la diferencia es que los primeros te hacen reír sin aportarte nada y los otros te arrancan la carcajada y te dejan pensando, reflexionando, NOFX pertenecen al segundo grupo.
Sus letras pueden parecer vacías, pero no lo son para nada. Mientras sus compañeros han vivido sus carreras a su manera, ellos han seguido fieles a su manera de ver el mundo, íntegros como pocos. Muchos les criticaban por sus directos, mientras ellos se lo tomaban a risa y así están las cosas tras treinta y tres años de carrera y quince discos: siguen en sus trece de no venderse y seguir fieles a un sonido, su sonido. Cada disco añade un buen puñado de clásicos para sus directos, varían matices pero las coordenadas siguen siendo las mismas, velocidad, guitarrazos, melodía y mucho cinismo. “California Drought”, “Oxy Moronic” o “Dead Beat Mom” son himnos inmediatos, y este disco su mejor colección de canciones desde “Heavy Petting Zoo”.
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