Me permitiré el tópico: sólo en la magalópolis global de Londres podemos encontrar una mezcla de sangres -turca, irlandesa y de Barbados- como la de esta joven de meteórica carrera. En su debut largo tras un par de EPs, Nilüfer Yanya (guitarra y voz) destila un sofisticado compuesto musical sin prejuicios ni corsés en el que se confunden, sin conflicto alguno, y con mucho gusto, desde el R&B soulero como las melodías indies noventeras, matices jazz o electrónica suave. Todo, con una frescura pop orgánica y una producción discreta que suma.
Lo importante en tiempos de hypes que se propagan a la misma velocidad que las redes sociales, es que todo suena natural en una síntesis que, por encima de todo, gira en torno a su talento vocal y melódico. “Miss Universe” se estructura con curiosos interludios publicitarios de una ficticia compañía: apuntes sobre el culto a la imagen signo de nuestro tiempo.
Y el disco fluye con destellos de un notable talento natural. Del estribillo eufórico del single “In Your Head” a la frescura descarada de cortes como “Paralysed” o la melancólica “Angels”, en las que destacan sus dotes vocales y certero olfato melódico. En “Paradise” y “Monsters Under The Bed” demuestra que sólo necesita la voz y su guitarra para hacer cosas, evocando a grandes como Tracey Thorn. Su faceta íntima y atmosférica brilla en “Baby Blu” y “Heat Rises”, en la que casa luz y oscuridad con total soltura. “Safety Net” destila lo mejor del R&B de los ochenta. La melodía sinuosa de las estrofas de “The Unordained” encantaría a Kristin Hersh. Cierto, no todo el material está al mismo nivel (“Melt”, más afectada, baja un poco) y hay algún corte de más. Aún así, nos queda un debut notable y la impresión de que estamos ante una de esas raras artistas con voz propia y mucho recorrido.
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