The Coral presumen de prolíficos. No es raro, pues, que para ellos un disco de once canciones pueda considerarse un miniálbum, porque así es precisamente como venden “Nightfreak And The Sons Of Becker”. En Estados Unidos aparece como regalo en la reedición de “Magic And Medicine”, mientras que en Europa se ha lanzado individualmente en una edición limitada que pretende saciar el hambre de los fans antes de su futuro tercer elepé.
La banda de Liverpool se delata, no obstante, al vender esta pieza como un disco menor, lanzando unas pocas copias a precio reducido. Grabado a la ligera, espontáneamente, quizá no se resiente tanto del sonido de baja fidelidad como de la calidad de las canciones, un material de segunda que el grupo ha preferido no guardarse en un cajón, candidatas a caras B que no han encontrado lugar entre sus numerosos singles.
Estos once hijos ilegítimos de Boris Becker son piezas guarras de rock psicodélico, con desarrollos barrocos y numerosas pajas mentales. Aunque enganchan la funky “Venom Cable” y “Song Of The Corn” -casi un mantra-, esta rareza demuestra que la virtud de las bandas prolíficas reside precisamente en la capacidad de seleccionar.
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