Una banda que cambia (casi) por completo de orientación (antes militaron en GSL) y de la que además sólo queda un miembro original (Adam Miller, el guitarrista), una nueva cantante que pone tildes hasta en las consonantes de la palabra “sensual” (Ruth Radalet) y un nuevo bajista-programador (Johnny Jewel) al que hay que acreditar buena parte de la atmósfera de “Night Drive”.
Y si “Night Drive” tiene algo, es precisamente atmósfera. Chromatics, como el título de su nuevo álbum sugiere, se disfrutan mejor a oscuras, iluminados intermitentemente por algún neón cuya luz se cuela entre las cortinas. Me vienen a la cabeza pocos discos tan sugerentes como éste, ni puedo imaginar mejor manera de casar a Vangelis, Vinnie Reilly y los ambientes noir de la dark disco. Una caja de ritmos seca, punteos de guitarra con deuda africana y un ángel salido de la nada en busca de amor a contraluz. En la versión de Kate Bush “Running Up That Hill” suena casi más arrojada que su autora original y tanto “I Want Your Love” como “Night Drive” son seductoras e intensas hasta lo doloroso. Más que hacer un disco, Chromatics han escrito una novela: una de esas historias sobre ciudades a oscuras, espíritus sedientos, decadencia y mentiras.
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