De sobra es sabido que el género garage no necesita de grandes florituras instrumentales ni técnicas, pero los de Seattle han sabido darle una vuelta a este estilo que parece vivir un segundo momento mágico tras la etapa sesentera en su tercer trabajo de estudio, “Who Sold My Generation?”, tanto, que incluso los dos primeros temas pueden despistar los más fans: un poco de drum’n’bass, reminiscencias a los Primal Scream de “Screamadelica”, algún que otro toque del Madchester de Shaun Rider y ritmos bailables que les acercan a los Black Rebel Motorcycle Club en una noche de fiesta que se ha ido de las manos.
Pero enseguida, a partir del tercer corte, nos encontramos su rock psicodélico embarrado de siempre solo que mejor que nunca, en esa onda que les acerca a esa triada que forman junto a Alla-llahs y The Black Angels, y que hace que el disco oscile entre la tradición de San Francisco y temas algo más oscuros resueltos a guitarrazo limpio y arrogante, con algún que otro toque de trompeta oldies (“Bad Love”) e, incluso, casi cerrando el álbum, guiños de riffs que parecen dedicados al “You Really Got Me” de The Kinks (“Last Train To Jordan”). Un disco redondo.
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